martes, 28 de julio de 2020

Capítulo 6

Gabriel va a la cárcel para ver a Jacinta (KIka Edgar). La ve muy golpeada.
--¿¡qué te pasó mujer?¡
el guardia que está con ella dice:
--¡¡se autolesionó ella misma para decir que nosotros la agredimos¡¡
Jacinta se echa a los pies del abogado:
--por piedad... ¡¡soy inocente¡¡¡soy inocente¡¡ 
Gabriel ordena con gestos al guardia que se la saque de encima y el guardia así lo hace:
--yo sólo lograré que te condenen a la horca si eres culpable... si no lo eres no tienes que temer nada...
--¡¡me tendieron una trampa¡¡mi niña... es tan pequeña¡¡que fue de mi niña?¡¡
Gabriel mira al guardia:
--la reina la llevó a un convento.
Jacinta llora:
--¡¡no... no... los reyes no son buenos¡
Gabriel mira a la mujer molesto:
--¡¡no seas malagradecida... nuestra reina es una santa¡¡
Jacinta llora:
--mi niña... mi niña... ¡por piedad... debo estar con mi hija¡¡
Gabriel cree en su reina y está seguro que esa mujer miente:
--¡¡eso debiste pensarlo antes de matar a tu esposo¡¡
ella se defiende:
--no puede matar a mi marido... yo estaba abortando el hijo del rey... ¡¡el rey me violó y quedé embarazada¡¡ ¡¡estoy segura que por eso ordenó lo que pasó¡¡
El guardia golpea a la mujer:
--¡¡LAVATE LA BOCA ANTES DE HABLAR MAL DE NUESTROS REYES¡
Aunque Gabriel regaña al guardia, le da la razón:
--así sólo vas a demostrar que eres culpable... 
--pregunten al rey... a ver si es verdad... ¡¡me golpearon y perdí a mi hijo¡¡¡mi esposo ya estaba muerto¡
Gabriel mira al guardia que en seguida dice:
--¡¡no... mentira¡
--¡¡pregunten al rey¡
Gabriel no cree en la inocencia de la mujer, nunca desconfiaría de la reina. No puede imaginar un complot en contra de esa pobre mujer y dice:
--¡¡la palabra de la reina vale más que cualquiera cosa y si usted no está dispuesta a decir la verdad... dese por condenada¡
Gabriel ordena al guardia que le abra la puerta, Jacinta se tira a sus pies:
--¡¡soy inocente¡¡mi hija... mi hija¡
Gabriel se aparta de ella y la mira con desprecio:
--en los días que le quede hasta que la condenen recen para que Dios la perdone por su crimen...
Gabriel se va. Cuando se cierra la puerta, Jacinta se derrumba, por unos segundos, Gabriel duda. El guardia lo anima:
--usted es un excelente abogado... logrará que la culpen... yo he visto muchos asesinos... es culpable...
Jacinto la mira fijamente a Jacinta, la mujer le suplica con la mirada.
--Nuestra reina sabe que es culpable y su deber es servirla...
Gabriel mira a la mujer con dureza:
--tiene razón... ¡haré que la condenen¡
Y Gabriel se va... La mujer se queda hundida...


Emilio baja las escaleras. Fernando está sentado abajo bebiendo. Al verlo Emilio suspira pero siente culpa de lo que le hizo y se iba a ir pero Fernando lo llama:
--Emilio ¿me estás huyendo?
Fernando se le acerca y Emilio tiembla al sentirlo tan cerca. Suspira enamorado.
--Estás muy raro conmigo ¿estás enojado?¿qué te hice?
Fernando disimula una sonrisa porque sabe perfectamente que le ocurre. Emilio tiene mucha culpa, le duele saber que abusó de él y que Fernando no sólo no sospeche sino que cree que fue él mismo quien le hizo algo malo.
--no, no es eso... --dice Emilio nervioso.
Fernando acaricia a Emilio en la mejilla muy sensualmente mientras le dice:
--somos hermanos. ¿qué te pasa conmigo?
Y Emilio recuerda el miembro viril de Fernando entre sus manos y la palabra hermano le quema.
--dime... ¿qué te hice?
Emilio no puede más y se derrumba llorando:
--perdoname... te quiero mucho.
Fernando lo acaricia con cariño. Ese joven le produce mucho cariño:
--hey Emilio... ¿qué te pasa? hermano. Si tienes algún problema... sea lo que sea... A mi me lo puedes contar.
Emilio se aparta de él. Seca sus lágrimas. Lo ama y es un amor que está seguro jamás será correspondido y que lo está matando.
--me asustas ¿qué te pasa?
--¡es que todos me odían y si tú supieras lo que soy te daría asco¡
Fernando sonríe con ternura. Por un momento quiere confesar que lo sabe todo pero no:
--tienes que ser valiente, Emilio..Lucha por lo que quieres. Atrevete. Yo nunca te juzgaré..A mí me puedes contar lo que quieres.
A Fernando le gusta que Emilio lo ame a la distancia, con miedo. Quiere ver cuán lejos es capaz de llegar. Le gustaría que fuera Emilio quien diera el primer paso. Emilio piensa que lo que siente por su guapísimo hermanastro es algo sucio, algo prohibido y que debe callarlo aunque lo mate.
--no  nada. No me hagas caso.
Emilio sube las escaleras muy triste. Fernando lo agarra del brazo con mucha ternura. A Emilio le estremece que lo toque.
--no me dejes solo. No es verdad que nadie te quiera. Yo te quiero mucho y estoy seguro que tu mamá también.
--Vi que se fue con Fausto y con tu papá.
--Sí y me extrañó que tú no fueras con ellos.
--ya sabes que a mi mamá nunca le gusta ir conmigo.
--sí pero pensé que en un caso así...
--¿de qué hablas?
--Es que no lo sabes? tu mamá recibió un mensaje ¡¡vas a ser tío¡ la esposa de tu hermano se puso de parto.
Emilio queda muy sorprendido por la noticia.
--¿de verdad no sabías nada?
Emilio hace que no con la cabeza.
--bueno, tal vez tu mamá pensó que no te sentías bien --le dice Fernando con cariño para que no se sienta mal.
Emilio siente celos de Fausto:
--mi mamá no me quiere, quiere más al recogido.
--Sí, a mí desde el principio me ha extrañado la manera en la que tu mamá lo trata pero no me atreví a preguntar ¿Fauso es un pariente... o algo?
--no sé... nadie habla de eso.
--bueno... tampoco te pongas triste por eso ¿o te hace ilusión ser tío?
--no sé... nunca me llevé bien con mi hermano. él se avergonzaba de mí, no sé. Se sentía superior a mí. Todos lo trataban como un rey y yo no existia.
--era el heredero.
--no era sólo por eso.
Fernando lo mira con cariño:
--¿y tú porqué crees que era?
Emilio agacha la cabeza con vergüenza. Fernando se la levanta:
--Mira al mundo con orgullo, no eres peor que nadie.
--eso díselo a ellos. No van a querer que conozca al bebé.
--tranquilo.que si es niño se hará una gran fiesta.
--pero sí es niño heredará los dos reinos tal y como acordó mi mamá con tu papá cuando se casaron. Tú dejarás de ser el heredero.
Fernando sonríe:
--¿y crees que me importa?
--no sé...
--tú me conoces, debes saberlo --dice Fernando con una sonrisa.
--¿te puedo hacer una pregunta?
--claro, todas las que quieras.
--¿tú nunca te vas a casar?
Fernando le sonríe:
--No, nunca..
Emilio suspira enamorado.
--¿porqué lo preguntas?
--por nada --dice Emilio nervioso.
--¿y tú? ¿no te vas a casar?
Emilio hace que no con la cabeza.
--¿y eso?
Muy nervioso, Emilio le dice:
--si pudiera casarme con quien quiero... pero no se puede.
Emilio se va corriendo avergonzado. Fernando le sonríe con cariño.

Por otro lado, María Isabel llega a su reina con su hijo, su hija y Fausto. Oye que justo en ese momento nace el bebé y corre hacia su hijo Luís, un guapísimo joven de 19 años.
--¡¡fue niño¡¡¿verdad¡¡? --pregunta ansiosa.
Luís la mira serio.

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