martes, 28 de julio de 2020

Capítulo 5

Fausto sale de los matorrales en los que se escondió cuando ve salir a Caetano. El niño está enrojecido, sofocado.
--¿¡qué te pasó?
Caetano camina deprisa.
--nada... ¡¡vamos¡¡vamos¡
Fausto lo sigue preocupado.
--perdona que me escondiera... pero es que tu papá me da miedo... 
--ya te he dicho que él te ve como si fueras el hijo de tu madrina, de su esposa... Ella así se lo pidio y él no la va a desobedecer...
--¿pero qué te hizo?
A pesar de que aún no es un niño, no ha entrado en la adolescencia como Fausto, Caetano ha sentido algo que aunque con miedo le ha gustado. Cuando ya se han alejado de la cabaña se para, se gira y con una sonrisa nerviosa dice a su amigo:
--debiste haber entrado... te habría gustado... A lo mejor a ti ella si te habría tocado como te tocas sólo...
Fausto se sofoca:
--¡¡yo no me toco¡
Caetano se le ríe:
--claro que sí... te he visto...
--¡¿¿es que tú no lo haces??¡ --dice alterado-- ¡¡eres tú el que más mirabas¡¡
Fernando sonrie:
--cuando sea grande tendré para mi todas las esclavas que quiera... Si no te compran alguna a ti te dejaré alguna de las mismas...
Los dos amigos se miran nerviosos.

El rey entra en la biblioteca mientras que Gabriel está con la reina. A la reina le molesta mucho que su esposo la interrumpa pero al estar acompañada no lo demuestra.
--quieres algo querido?
El rey mira al extraño:
--nunca lo habia visto por aquí...
La reina trata que su marido se vaya, le dice:
--luego te cuento...
El rey se acerca al guapo abogado y los dos extienden y chocan sus manos.
--es un placer, majestad... Soy Gabriel Castañeda...
El rey lo mira fijamente:
--yo he oido ese nombre... ¿usted es abogado?
La reina se pone nerviosa, teme que el rey estropee sus planes.
--Sí soy abogado... recién comienzo...
--pero he oído cosas muy buenas de usted... siempre ha ganado todos sus casos...
Gabriel se siente orgulloso de su trabajo:
--yo quiero que se haga justicia... Si su cocinera es culpable pagará con su vida...
--¿mi cocinera? -pregunta el rey extrañado.
El rey mira fijamente a su esposa, la reina fuerza una sonrisa. Toma a su esposo del brazo y dice al abogado:
--es que mi esposo no sabe nada de la servidumbre...
--¿usted no se enteró que su cocinera mató a su esposo? --Gabriel.
--¿¿¡Jacinta?¡ --dice el rey mirando a la reina.
--pero ya se hará justicia... ya deja que yo hable con el abogado...
Gabriel se dirige al rey:
--usted no se preocupe, la reina me ha contado tal y como estan las cosas... Su palabra es prueba más que suficiente, sin contar que la encontraron con el arma del crimen. No se librará de la horca...
--¿La horca?¿y el hijo que espera? --rey.
La reina esta molesta.
--¿está embarazada? --pregunta el abogado.
--para nada... eso fue un truco que ella empleó... usted puede hacer que la examinen... verá que no está embarazada... Eso se lo invento ella para no trabajar... ASí que ojo... es capaz de decir que la golpearon y lo perdió para librarse de la condena...
--lo investigaré... --Gabriel.
La reina agarra del brazo a Gabriel, se muestra muy amable:
--la palabra de una reina es la única que vale ¿no? Usted no pierda el tiempo investigando... Es muy peligrosa, debe morir cuanto antes... Usted hágame caso y será mi abogado personal... el abogado más famoso del reino...
Gabriel sonríe. La idea le atrae pero si estuviera seguro que la reina miente no lo haría pero ¿quien desconfiaría de su reina? La reina despide a Gabriel que muy simpático se despide también de su rey. Cuando el matrimonio se queda solo, el rey se enfrenta a la reina:
--¿¿¡que es todo esto?¿¡que hiciste?
La reina pone cara de buena:
--¿yo?
--Jacinta no es una asesina...
La reina bofetea al rey.
--¡¡es el colmo¡¡ ¡¡no defiendas a tu amante¡ ¡¡si yo digo eso es por algo¡
--¿¿pero qué pasó? ¡¡es que tú me dijiste que te ibas a ocupar de ella¡¡
--¡¡me ofendes... no soy una asesina¡¡ --dice con pose de santa.
--¿y entonces?
--yo me encargué que el esposo de la cocinera se enterara que es tu amante y se pelearon y ella lo mató... ¡esa gente es así¡
--¡¡no la pueden condenar... quiero criar a mi hijo¡¡ ¡¡no sé que se quede con los empleados¡
La reina se muestra amorosa con su esposo:
--eres tan inocente... no se embarazó... era mentira... todo fue un invento...
--¿como sabes?
--el médico de la cárcel la examinó...
Seguro de su esposa, el rey se va más tranquilo. La reina sonrie maléficamente. Al cabo de un rato, Fausto se acerca a ella.
--madrina... ¿puedo pasar?
La reina trata a ese adolescente con el cariño con el que no trata ni a su hijo.
--pasa mi vida, pasa. ¿qué quieres?
Fausto mira a su madrina triste:
--¿porqué yo no tengo mamá?¿quien era mi mamá?
Esa pregunta pone nerviosa a la reina:
--Me tienes a mí... ¿que más quieres?
--pero todos los niños tiene su mamá... su papá...
La reina le da un beso en la mejilla:
--tú me tienes a mí que te quiero como a un hijo... Yo me encargaré de buscar para ti la mejor esposa, una noble... como te corresponde... Llevarás vida de príncipe siempre... yo me ocuparé de eso...
La reina le da un beso a su ahijado con cariño:
--ahora tengo que trabajar... dejame sola y no me preguntas más de lo mismo... Yo te quiero mucho... ¿nadie te ha tratado mal no?
--no... no... todos son muy buenos conmigo...
--si alguien no te da mi lugar tú solo me avisas... --dice la reina con una sonrisa.
Cuando el niño se la deja sola. La mirada de la reina es más dura:
--nadie sabrá quienes son tus padres... nadie...

Mientras Emilio está en su recámara. No se atreve a salir. Aunque ha gozado mucho de lo que le hizo la noche antes a Fernando ahora no puede con la culpa. Tiene miedo que le lea en los ojos. Está muy nervioso y a la vez excitado, no ha dormido en toda la noche. Tocan a la puerta.
--pasa nana.
Entra Fernando, el corazón de Emilio late con mucha prisa.
--no soy tu nana¿Puedo pasar?
Fernando es el mismo cariñoso de siempre y eso llena de culpa a Emilio. No se atreve a mirarlo a los ojos. Fernando se le acerca con una disimulada sonrisa. Le acaricia la barbilla con un falso cariño fraternal. Le levanta el rostro y Emilio trata de desviar su mirada. Su culpa es tan evidente y eso llena de ternura a Fernando: 
--que te pasa?estas malo?
Emilio hace que no con la cabeza?
--porqué no sales? --Fernando.
--me levanté con dolor de cabeza --balbucea Emilio.
--yo me levanté cansado... como si hiciera el amor --y la cara de susto de Emilio le causa mucha gracia-- porque no habia mujer cerca sino que creí que abusaron de mi.
Emilio está pálido. Fernando lo abraza:
--¿que te pasa hermano?
Emilio tiembla en sus brazos:
--perdoname... --dice para sí.
Fernando es cariñoso, se divierte por el susto de Emilio.
--pronto tendrás lo que tanto quieres pero aún no ... así nos sabrá mejor a los dos --dice para si Fernando que está muy excitado por el deseo de Emilio, un deseo muy fuerte como nunca antes habia sentido nadie por él.

Mientras la reina agarrada al trasero desnudo de Joao goza como una loca. El chico se maneja muy bien en artes amatorias y pese estar distraido la reina disfruta como siempre siendo penetrada por ese joven tan guapo y que tanto la hace disfrutar.
--¡¡como me gusta... como me gusta¡¡ --jadea la reina junto a otros insultos mientras le clava las uñas al chico en el trasero
--soy una basura... una basura... --piensa Joao.
Joao fornica con la reina pero piensa en Juliana en su inocente mirada llena de agradecimiento y le duele haber sido él quien matara a sus padres. 

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