jueves, 30 de julio de 2020

Capítulo 31



Caetano está muy asustado porque va a ser papá. Luzía es la que domina la situación. Lo acaricia:
--¿es que tú no quieres a tu Luzía?
El guapísimo principe se lleva las manos a la cabeza:
--¡pero es que mi padre me va a matar¡¡
Luzía lo acaricia en el pecho coqueta para seducirlo pero Caetano está más preocupado por otras cosas:
--tu Luzia te va a ser muy feliz... muchos nobles tienen hijos con sus esclavos... No tiene nada de malo... Imagina que yo te doy el varón... el heredero...
--el hijo de una esclava nunca podría ser mi heredero...
Luzia no deja de acariciarlo, de mostrarse coqueta:
--eso es fácil... Me das la libertad... Tú me pones una casa, dinero y si quieras te puedes olvidar de mí...
Él la mira herido:
--Dime una cosa... ¿esto es lo que querías? nunca te gustó estar conmigo y lo que esperabas era comprometerme...
Luzia se muestra amorosa:
--No claro que no... Yo lo digo por ti, para no hacer un escándalo... no vas a abandonar a tu Luzia que lleva a tu hijo nen si vientre.
Caetano ya no cree en la dulzura de esa esclava. Está decepcionado.
--tengo que pensarlo... luego te veo...
--si claro... aquí tu Luzia te espera...
Ella lo besa. Él se va abatido. Luzia, cuando él ya no la ve, da saltos de triunfo. No se da cuenta que Joao lo ha escuchado todo. El confidente de la reina ve en esto una buena oportunidad para mostrar su lealtad a la reina. Maria Isabel se muestra molesta con él cuando entra en sus aposentos:
--¿¿qué quieres? ultimamente no me tienes nada contenta... ¿no te habrás pasado al lado de mis enemigos?
Joao agacha siempre la cabeza ante su reina:
--No mi reina... mi fidelidad está con usted...
--así... pues no parece...
--su hijastro va a tener un hijo...
La reina mira a su amante con el rostro desencajado:
--¿¿¿Ester está embarazada?¡¡la quiero muerta¡
--No... es Luzia, una de las esclavas de Caetano... Él es quien le va a dar su primer nieto al rey,...
--bueno... un esclavo no es mucho peligro...
--Ella quiere que le dé su libertad...
--eso no me conviene... ese niño no debe nacer...
La reina acaricia con deseo el pecho de su amante:
--muy bien... te has portada muy bien... ASí tendrás tu premio...
Se besan apasionadamente. A él cada vez le cuesta más no mostrar la repulsión que siente hacia la reina. Ella lo aparta despreciativa:
--¡¡escucha bien... esto es lo que tienes que hacer¡¡


Por su lado. Jesús y Fernando están siempre juntos. Jesús conduce el carruaje de Fernando. Se paran en un descampado. A Fernando le gusta pasear con su amante. Poco a poco la relación entre el príncipe y el esclavo va saliendo de ser sólo de amantes. Van comenzando una amistad aunque Fernando no lo quiere aceptar el esclavo se le está metiendo dentro. Jesús siente mucho por Fernando aunque no lo dice, aunque no se ilusiona porque no confía en él.
--¿te puedo preguntar algo?
--¿y de cuando la confianza? --Fernando con una sonrisa.
--¿te molesta?
--No, me gusta que confies en mi. Que no seas tan agresivo.
Luego lo agarra del cuello y lo besa salvajemente:
--mientras te quede claro que yo soy tu dueño...
El guapo esclavo lo mira triste:
--me lo recuerdas siempre.
Fernando lo acaricia con ternura. Sabe que por esos lados nunca hay nadie y pueden mostrar sus sentimientos sin problemas.
--no te pongas así..Vives como un rey y además tienes todo el sexo que quieres. Se te veía muy necesitado. Yo te doy lo que quieres..
--tienes razón. Siempre me dio miedo estar con un hombre. Ester no me hubiera entendido.
Fernando lo mira excitado:
--me encanta que no tengas experiencia..ñ
Y lo aprieta, y lo besa y le agarra a su trasero. jesús se aparta de él:
--¿Y Ester?
--¿a que viene esto ahora?
--Yo estaba muy enojado con ella, además molesto contigo... pero ¿qué fue de ella?
--Salió de viaje. Me abandonó ¿no lo has escuchado?
--sí pero no me lo creo.
--¿porqué?
--Ella nunca se iría sin despedirse de mí..ñ
--Ella te vendió a mí sabiendo que yo te iba a maltratar--le toca las nalgas-- dejó que te humillara marcándote.
Jesús pone sus manos en las mejillas de Fernando:
--dime la verdad..A no ser que me desprecies. Dime qué pasó con Ester.
La ternura del esclavo conmueve a Fernando. No le quiere mentir.

Ester está en uno de los calabozos del Castillo. Alguien se acerca a los barrotes.
--Ester...
Es Luís. Ella lo mira llorando.
--¿porqué me han hecho esto?
Luís tiene las llaves. Abre.
--¿como crees que yo iba a permitir esto? desde que supe que te tenía cautiva hice lo posible por poder ayudarte pero no es fácil. Aquí no soy nadie...
Ester lo ha pasado muy mal:
--¿en serio tú no sabías nada?
--¿como crees?
Ella lo nota angustiado. Se abrazan. Se miran, se acarician. Se desean y se besan con intensidad. De repente alguien golpea en la nunca a Luís con un candelabro y cae sin conocimientos a los pies de Ester que está horrorizada.

Isabel está en el río. Anselmo no ha ido. Está triste. Recuerda todas las veces que hicieron el amor.
--era mentira... sus palabras era mentira...
tiene su sonrisa clavada en la mente.

Jesús por su lado se lleva las manos a la cabeza.
--¿¿¿¡presa?¡¡ ¿¿¡¡cómo me has hecho una cosa así?¡¡
Fernando trata de calmarlo:
--¡¡es que no pensé que te importara¡¡
Jesús lo mira amenazante:
--si no sueltas a Ester prefiero que me mates...
Fernando lo mira regañón:
--¡No me amenaces¡¡
Jesús está desesperado:
--¡¡Por Ester siempre tuve una vida digna no como la de otro esclavo¡¡ ¡¡aunque ahora ella me haya fallado no le puedo fallar yo,  por favor ¡¡no la puedes tener encerrada, es inmoral¡
--pero es que si habla...
--¿¿y qué va a contar? Yo la puedo convencer para que se vaya lejos. Para que desaparezca.
--No sé.
Y Jesús le advierte:
--hablaré, si no la sueltas le diré a todo el mundo la verdad..
Y Fernando lo tumba de un puñetazo. Desde el piso Jesús se toca la barbilla dolido. Le duele que su amante lo haya agredido. 
--¡que te  quede claro que no somos iguales, te estoy dejando que te tomes confianza pero no abuses¡
Jesús lo mira lloroso. Fernando se pone de rodillas ante él. Lo acaricia:
--yo nunca pondría tu vida en peligro.
Y lo besa apasionadamente. Jesús esta sorprendido.
--soltaré a Ester pero no me vuelvas a faltar al respeto.
Jesús se lo agradece. Se mira con cariño. Jesús tiene ganas de decirle del gran sentimiento que está naciendo por él pero tiene miedo que se ría porque no deja de ser un esclavo y el otro un príncipe. Un príncipe que está sintiendo cosas por su esclavo que le están prohibidas. Que nunca imaginó, que lo desconcierta. Se miran, se acarician y se besan con un gran amor que esta naciendo de lo más profundo de ellos.

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