martes, 28 de julio de 2020

Capítulo 13


Juliana tiene que hacer un esfuerzo para no demostrar a ese hombre, a Gabriel, que lo odia.
--usted trabaja mucho... ¿es que nunca descansa?
--No puedo... es mucha responsabilidad la que tengo encima. Un error mío y puedo condenar a un inocente...
Juliana siente el dolor de la injusta muerte de su madre de la que hace directa responsable a ese abogado que tiene en frente.
--¿y nunca se ha equivocado? ¿cómo sabe que por su culpa no murió una inocente?
--jamás me equivoqué... eso lo sé... Yo sé cuando la gente me miente...
Gabriel mira a Juliana con intensidad. Es la primera vez que se miran los dos a los ojos. La de Gabriel es una mirada demasiado profunda y aunque Juliana no lo reconocería se clava en el alma de ella. Gabriel siente unas cosquillistas en su interior que le gustan pero igual su trabajo es lo primero y no le presta mucha atención.
--usted debe relajarse un poco... deje que yo lo ayudo... --dice ella con un odio que se está mezclando con otro sentimiento.
Gabriel no escucha las palabras de la chica, Juliana se le pone detrás, le pone las manos en los hombros y lo acaricia con mucho cuidado, con mucha sensualidad. Gabriel emite algunos jadeos... siente mucho gusto... Siente ese momento como especial. Gabriel nunca había sentido tan rico al estar con una mujer. Juliana siente algo diferente al estar tocando a ese hombre. Ese hombre que odió sin conocerlo se le está metiendo dentro. Gabriel mira a la chica con ternura y esa mirada la derrumba, le gusta. Casi por unos segundos olvida que lo quiere destruir por la muerte de su madre...

Mientras, en el castillo del reino de María Isabel, Luis mira lloroso al médico:
--¿qué pasó?¿como están mi esposa y el bebé?
--lo siento --dice el doctor.
Luis está destrozado.
--¿se murió?¿se me murió mi Antonia?
María Isabel le pone la mano en los hombros y le dice:
--hijo yo te volveré a escoger esposa... tú ni la conocías cuando te casaste y al final te enamoraste... ya verás que con la segunda no fallo y si tienes a tu varón...
Sorprendido por la reaccion de la reina, el médico enseguida dice:
--la señora vive...
--¿¿¡cómo?¡
tanto Luis como Maria Isabel reciben esta noticia con sorpresa. Él además con emoción y ella con rabia.
--¿¿Mi Antonia está bien?
Luís mira al médico con lágrimas en los ojos, el doctor le pone la mano en los hombros:
--si ella está bien.
Luís siente que el alma le regresa al cuerpo. El médico sigue hablando:
--aunque otro parto sí la mataría. No creo que pueda quedarse de nuevo embarazada y en todo caso debes evitarlo.
--si claro... ¿Y el bebé? ¿está bien?
--era un niño... murió.
Aunque siente pena por la muerte del bebé a Luis lo único que le preocupa es su esposa:
--¿puedo verla?
La reina está furiosa, le parece que está viviendo una pesadilla. Tira un jarrón muy costoso:
--¡¡¿¿que burla es esta?¡
--¿puedo ir con mi esposa? --Luis ignorando a su madre.
--ahora está descansando...
La reina no puede disimular su rabia:
--¡¡debería estar muerta¡¡
Luís se enfrenta a su madre:
--¿¡cómo puedes ser así?¡
--¡¡¿¿¿y que clase de hombre eres tú que no eres capaz de hacer un hijo macho? Sólo sabes hacer hembras y niños muertos. Eres una vergüenza.
El médico se mete:
--majestad, no debe hablar así... si alguna de sus nietas la oye...
María Isabel no soporta que le recuerden a sus nietas:
--¡¡usted no se meta¡
--¡por suerte mis hijas están en casa de la tia¡ --Luís.
Con mucho desprecio, María Isabel dice:
--lo que me faltaba que se la pasen con ese esperpento solterón... ¡¡como la fealdad se contagie encima no habrá con quien casar a esas niñas que en mala hora nacieron¡¡
Habla el médico que se siente incómodo:
--yo tengo que volver con la paciente, cuando quiera pase.
Maria Isabel mira a Luis molesta:
--tenemos que hablar.
Luís no se deja dominar:
--¡¡perdiste mamá...¡¡¡por ambiciosa yo no seré rey de nada¡
La reina se niega a darse por vencida:
--¡¡yo no pierdo nunca¡
--¡¡no voy a tener un hijo varón¡
La reina bofetea a tu hijo:
--¡¡Antonia no puede vivir... yo me encargaré de eso¡¡
--¡¡ni te atrevas¡¡ --le dice Luis amenazante.
--¿¡¡como osas hablarme asi?¡
--¡¡si a Antonia le pasa algo yo les diré a todo el mundo de tus amoríos con nuestros esclavos ya en vida de mi padre y que uno de ellos te dejó embarazada¡¡
María Isabel bofetea a su hijo:
--¡¡olvida que eres mi hijo¡
--¡y tú dejame ser feliz con Antonia¡
Luís se va al cuarto dejando a su madre furiosa:
--¡¡a mi nadie me vence¡¡¡nadie¡ Encontraré la manera de hacer pagar a esa maldita el  no haberme dado un nieto¡¡
Mientras que la reina es todo odio, Antonia llora en brazos de su esposo que la consuela muy dulce. A la mujer más que la perdida del bebé lo que le duele es haber perdido definitivamente la corona. Le parece, como a la reina, una broma de muy mal gusto del destino. 

Joao por su lado llega a la cabaña en la que vive Juliana. Nada más estar frente se estremece al recordar su momento de amor con la joven. Aunque siente mucha culpa al recordar el momento en el que mató al padre de la muchacha. El pasado le pesa.
--¿¿como pude?¡¡¿cómo?¡
Le duele el asesinato que lleva en su consciencia, el saber que él es en realidad el verdadero hombre al que debería odiar Juliana. Siente también culpa de no haber rechazado a la joven:
--aunque ella se me ofreciera no sabe que en realidad soy una bestia ¡¡es inmoral que haya permitido que perdiera su virgnidad con el asesino de sus padres... Éstos deben estar retorciéndose en su tumba...
Entra en la casa. Se tumba en esa cama.
--pero lo volvería a hacer...
Los recuerdo le estremecen. No se saca de la cabeza a Juliana y suspira enamorado de ella:
--¿¿qué me pasa?
Y Juliana le gusta de más y tiene miedo de estar enamorándose de esa joven.
--¡¡esto no puede ser¡¡ ¡¡no podría vivir a su lado temiendo que descubriera la verdad... además que sí la reina lo descubre le iría muy mal...
Pero aunque trata de controlar sus sentimientos no puede evitar sentir a Juliana muy dentro de él:
--fue mía... yo he dejado mi huella en su cuerpo... he sido el primero y eso nunca lo podrá cambiar... Ella ha sido mi mujer, yo he sido el primero en explorar su cuerpo.
Y Joao siente un gran deseo de que se vuelva a repetir. De repente la joven entra en la casa. Se le ve muy alterada. Joao la mira enamorado. Juliana no puede dejar de pensar en Gabriel y es que dentro de ella hay un sentimiento que se niega a salir. Habla de sus planes. Se da cuenta que Joao la mira con cara extraña (muy enamorado) y no la escucha.
--¿a ti que te pasa? ¿porqué tienes esa cara de bobo?
--es que creo que deberías olvidar tus planes de venganza... No sé...enamorarte... no todo puede ser venganza... No hay ni un solo hombre que te guste...
Joao la mira con ternura. Desea que ella le diga que le gusta él.
--No... ninguno --dice ella seria.
Joao siente pena por la contestación de ella pero también mucho deseo:
--ayer hicimos el amor...
--¡¡no me lo recuerdes¡
--siento que no te gustó... pero tal la proxima vez... --dice él acariciándola.
Ella se aparta de él:
-¿es que crees que somos novios?
--bueno yo... --balbucea yo.
--¡¡el amor no es para mí... me acosté contigo pero pudo ser otro... pensé en ti porque si alguien tenía que pasar un buen rato conmigo se me hizo justo que fueras tú¡¡ ¿que te gustó? mejor para tí... pero ahora lo olvidas... ¿de acuerdo?
--si claro, solo quiero que sepas que puedes contar conmigo para lo que quieras...
--¿me ayudarás a hundir a Gabriel?
--si claro... --con culpa-- ¿que has pensado?
--Quiero que la reina piensa que Gabriel le está pasando información confidencial de ella al reino enemigo...
--¡¡pero lo llevarían a la horca¡
Juliana sonríe:
--de eso se trata...
Pero su corazon la traiciona y aunque no quiere tiene clavada la profunda y tierna mirada de él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario