lunes, 27 de julio de 2020

Capítulo 2


Emilio se limpia después de su desahogo en solitario. Siempre pensando en su guapísimo hermanastro.
--Fernando... Tú eres el único que me tratas bien.

Su mente viaje 2 años atrás. Emilio viajaba asustado, era la primera vez que salia de su reina. Su madre ni siquiera había permitido que estuviera presente en su boda y de repente se lo llevaba a casa del rey vecino. Nadie salió a recibirlo. Y así ha sido durante este tiempo. No lo han considerado parte de la familia. Sólo Fernando. Emilio se quedó prendado al ver a ese joven tan guapo de 16 años, lleno de vida y de alegría. Recibió a su hermanastro con una sonrisa en los labios:
--así que tú eres mi nuevo hermano ¿no?
Emilio lo miró con deseo y es que aunque siempre se le fue los ojos detrás de los criados y había espiado a algún esclavo para verlo desnudo nunca sintió algo así. Es un sentimiento que le golpeó el alma. Además nunca un hombre había sido tan amable con él. El joven Fernando tenía una sonrisa que lo derretía aunque le dolió lo de hermano porqué él lo veía de cualquiera manera menos como hermano. A la reina nunca le gustó que trataran bien a su hijo:
--en realidad él no es tu hermano, Fernando, el pobre sólo...
Fernando no escuchó a la reina, se paró frente a Emilio que se estremeció al tenerlo cerca:
--nunca había visto un hombre tan guapo --pensó.
--aunque no seamos hermanos de verdad... tú y yo seremos muy buenos amigos --dice Fernando fundiéndose en un abrazo con Emilio que tembló en sus brazos.
A Emilio le hubiera gustado congelar ese momento. Fernando siempre lo trató con una ternura que se ha apoderado de su alma.




Ya en el presente Emilio abraza a su almohada:
--te amo... te amo... si tú me correspondieras... si me hicieras el amor. Como me gustaría que tú fueras el primero.
Pero la realidad lo entristece:
--eso nunca pasará. Para ti soy tu hermano.
Emilio se siente un traidor:
--todos me trataron feo y en cambio tú me tratas tan bien y yo... ¡¡seguro que si supieras como me gusta no me volverías a hablar¡¡
Y ese sentimiento que ha crecido fuerte hacia Fernando es algo que le quema por dentro y está seguro que si su hermanastro lo descubre lo detestará:
--y yo me muero Si Fernando me trata feo yo me muero. Me da igual que todo el mundo me trate mal pero él no¡ ¡¡él no¡¡

Pero mientras, dos niños, Caetano y Fausto, están jugando en los pasillos del Castillo. Pasa el rey. El mayor (ya adolescente), Fausto, se asusta.
--¿nos va a regañar tu papá?
--¿porqué? Ya sabes que a mi papá le da igual... para él es como si fueras el hijo de la señora.
--¿y a ti no te cae bien mi madrina no?
--bueno. No me gusta que haya ocupado el lugar de mi mamá pero no quiero hablar de ella. me gusta tener un hermano de mi edad.
El rey ya está con ellos. Va muy distraído y casi no hace caso a los niños y menos a Fausto.
--¿se enojó porqué estabas conmigo?
Caetano se ha quedado muy intrigado:
--¿a dónde irá mi papá? ¿vamos a seguirlo?
--No... no... a ti no te van a decir nada... pero a mí sí.
--no seas tonto... vamos..
Caetano es el más pequeño y por su inocencia no piensa las cosas.. Corre animando a Fausto que va tas él más que nada para que no se meta en un lío. Dos esclavas los han visto pasar y hablan de los niños:
--el rey no debería tratar a los dos niños por igual... ese Fausto no es un príncipe aunque la reina se empeñe en tratarlo como tal –esclava 1
--¿raro no? --dice la otra-- porque si fuera una mujer de gran corazón... ¿quién será los padres de ese niño?
--No lo sé... y sí la reina no es mujer que adopte a un niño por buena gente... a mí no me gusta nada eso que Joăo pase tanto rato con ella en su recámara.
--sí... a sabrá que harán.
La nana de Emilio las sorprende y las regaña:
--¡¡Mi señora es una santa y os labais la boca antes de hablar mal de ella¡¡¡es incapaz de hacer algo indigno¡¡¡a trabajar o mando que os azoten¡
Las criadas se dispersan. La reina tiene un area para ella sola y por lo que no se oyen los estridentes jadeos de su recámara. Totalmente enloquecida por sus bajas pasiones la reina grita como una bestia con las uñas clavadas en el desnudo trasero de Joăo, un chico tan joven como bello, mientras éste cabalga sobre ella como un animal salvaje. La humilde ropa del guapo joven que hace las delicias de la reina está en el piso. A pesar de su juventud, el joven es ya una máquina del sexo. La reina lo tiene para eso, para complacerla. Ella lo ha estrenado y lo tiene amenazado si lo descubren dándole a otra lo que a ella tanto le gusta. Joāo cae al lado de la reina retorciéndose de placer. Tiene demasiado miedo de la reina como para tener sexo con una muchacha que le guste de verdad por lo que goza con intensidad de los encuentros con su reina. Muchas veces se le olvida con quien está tratando.
--¡¡Siempre me dejas seco... eres una bestia¡
ella lo tira de la cama de un empujón. Él se levanta molesto. Ella, aunque se muere de deseo por la desnudez de él, lo trata con mucha frialdad:
--¡¡¡más respeto¡yo soy tu reina y tu un sucio campesino¡ ¡¡yo no soy una vulgar mujerzuela¡¡
Joăo, a parte de ser muy guapo, es un joven impetuoso que no quiere dejarse pisar:
--pero cuando estamos en la cama te olvidas de todo, tú no me dejas estar con otra. Me tengo que deshogar... no me puedes pedir...
Ella no lo deja seguir:
--¡¡yo te puedo pedir lo que quiera¡¡ ¡¡debes dar gracias, besar por donde piso... cualquiera a tu edad se moría por tener los favores de la reina.¡
--¡¡cualquier chico de mi edad tendría sexo con chicas de su edad¡¡
La reina lo bofetea en el pecho con un látigo que tiene demasiado a mano:
--¡¡yo te estrené... tú eres mío... puedo hacer contigo lo que quiera¡
--¡¡y te doy lo que quieres desde que sólo era un niño de 13 años... pues no me pidas que después de fornicar te respete¡¡
--¡¡altanero, porque eres el mejor en lo tuyo que sino¡
--me tienes en tu cama cuando quieres, te hago todos los trabajos suyos cómo mínimo que los ratos de sexo sean de respecto para los dos¡¡
A pesar de las palabras del joven y que le gusta mucho a la reina le gusta despreciarlo. Es parte del juego sexual.
--¡¡pero ya acabamos y podrías ir a la horca si te pasas de listo obedéceme.... ya te avisaré cuando te necesite¡
el guapo empleado se viste frustrado. la reina se le ríe:
--no pongas esa cara que vas a hacer carrera gracias a mí, nunca un empleado me habia hecho gozar como tu y mientras seas mi fiel servidor...
--algun me cansaré que me uses --susurra él.
--que dices?¡¡
--nada... --dice él con un odio que se guarda.
La reina se levanta cubierta de la sábana y agarra del cuello a su amante:
--¡¡no olvides que sé que eres un asesino¡
--¡¡pero siempre cuando tú me obligas... tú me has criado para eso... para que sea una máquina de sexo y de matar¡
Y la reina lo besa:
--y siempre a mi disposición... y ahora vete...
Joāo se va serio, la reina le da su buena palmada en el trasero:
--que bueno está el condenao... --piensa.


En la noche durante la cena. Caetano y Fausto se ríen divertidos. El rey Fernando también está muy contento.
--¿y a ustedes dos que les pasa? --dice la reina.
Los dos amigos se miran con complicidad:
--¿es que no pueden estar contentos? --dice el rey con ironía.
Van pasando a la mesa. Emilio como siempre espera a su amado Fernando. Suspira enamorado al verlo acercar. Fernando sonrie y su sonrisa ilumina el alma de Emilio:
--hola, Emilio.
--hola --jadea él.
Fernando pasa su brazo por los hombros de Emilio y los dos entran a la mesa juntos. Emilio goza al estar en brazos de su amado. La nana de Emilio desconfía, no le gusta las confianzas de los hermanastros. Está segura que la cosa no acabará bien. A M.Isabel no le gusta nada que Fernando trate tan bien a su hijo.
--creo que deberías hablar con Fernando... no debe tener tantas confianzas con mi hijo.
--No veo porqué... mi hijo es muy macho y le puede enseñar a tu hijo a ser un verdadero hombre... que buena falta le hace.
A M.Isabel le molesta mucho que hablen de la no hombria de su hijo. Fernando hijo pone su mano en el muslo de Emilio que está sentado a su lado en la mesa haciéndolo vibrar. Lo mira con cariño y dice:
--yo a Emilio le voy a enseñar muchas cosas.
Fernando le guiña el ojo a Emilio que se siente morir. Le parece un sueño que Fernando sea tan cariñoso a él:
--ojala una de estas noches me venga a buscar y se meta en mi cama --dice para sí.
Muy sonriente, Fernando dice:
--Emilio es como un hermano para mí.
Este comentario hunde a Emilio. Está seguro que Fernando es su sueño imposible. Fernando se da cuenta de la tristeza de Emilio por decir que lo ve como a un hermano y le hace gracia.

Al dia siguiente, el rey Fernando va a buscar a Jacinta al calabozo. Ordena a sus guardias que se la lleven arrastras. La mujer suplica, su hija se abraza a ella pero la arrancan de los brazos de su madre.
--ya sabes lo que tienes que hacer para ser complaciente conmigo... --dice el rey.
Jacinta ve desesperada como la separan de su hija.

dos meses después... Jacinta está en la cocina. Se le acerca el rey.
--vamos a la cabaña ahora.
--ahora no... me siento mal.
--venga... conmigo no te hagas la decente que sé que disfrutas como una zorra conmigo.
Se nota bien el desprecio y el asco que la mujer siente por el rey:
--por favor... ya le digo que no me siento bien.
--¡¡daré la orden que vuelvan a apresar a tu hija¡¡
--¡¡no... no...¡¡
El rey agarra del cabello a la cocinera:
--¡¡vendrás conmigo quieras o no¡
La tira al piso.
--¡no me haga daño... estoy preñada¡ -- grita ella asustada.

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