jueves, 30 de julio de 2020

Capitulo 24


Jesus está aliviado ante la confesión que le hace Ester.
--entonces no habrá boda.
--¿porqué tanto interés en que no me case?
--Porqué no me fio del tal Fernando. Estoy segura que no la va a hacer feliz.
--El destino es bien caprichoso, toda la vida sin amor y cuando decido casarme me gusta otro que no es mi marido.
Jesús sonríe:
--así que el príncipe Luís es el que más le gusta. Bueno se hará un escándalo pero que bueno que se dió cuenta ahora que no es del todo tarde.
--Luís es casado...
--si pero si le gusta lo peor es que se case usted..
--sólo lo vi una vez...
Y Ester tiene los ojos enamorados:
--pero yo nunca la había visto tan enamorada.
--pero es casado... ahora más que nunca me tengo que casar con Fernando.
Jesús se queda resignado.

Las bodas de los príncipes Fernando y Emilio es por todo lo alto. A Emilio se le abraza llorando su anciana nana:
--no lo hagas, mi niño... no arruines tu vida de esa manera... no te cases con esa mujer tan fea...
Y a Emilio le duele no hacer caso a esa anciana que tanto quiere mira a Fernando enamorado:
--sé lo que hago.
Emilio abraza a su nana que le dice:
--él no te lo va a agradecer.
Esta boda con Josefina es un acto de amor de Emilio a Fernando, el príncipe le quiere demostrar a su amado hermanastro que su vida es él pero la negra nana tiene razón. Fernando pasa por el lado de Jesús, le guiña el ojo. Le susurra al oido:
--esta noche esperame, mi noche de bodas la paso contigo.
Y Jesús mira al que va a ser el esposo de su señora con deseo pero también con miedo. Fernando no soporta que Jesús siempre esté rodeado de esclavas y con odio las espanta todas. Está muy cerca de Jesús:
--tú eres mío... nunca dejaré que estés con nadie  o te costará muy caro.
Jesús traga saliva. Sólo Emilio se da cuenta que algo está pasando entre su amado y el esclavo nuevo:
--yo voy a descubrir lo que es y si ese asqueroso negro se ha atrevido a poner sus ojos en mi hombre me las va a pagar --dice Emilio para sí encendido por los celos.
En el momento en el que están a solas en el altar, por un momento Emilio deja volar la imaginación y se siente la novia. Aunque Fernando sólo tiene ojos para Jesús a Emilio le gusta estar a su lado. Y llegan las novias, blancas y nerviosas. Josefina avanza con miedo del brazo de Luís. Ester del del rey. Luís y Ester están tan cerca y se desean tanto. No pueden evitar mirarse y suspiran. Josefina está excitada al estar al lado de su guapo cuñado, piensa en la impresión que le dio el otro día que él la seducía y le duele darse cuenta que la ignora. Las palabras que le dijera su hermana sobre que Luís es muy bueno en la cama excitan mucho a la mujer. Durante toda la boda, Luis y Ester se intercambia miradas de deseo y pasión pero nadie se da cuenta. Josefina mira de reojo a Luís, Emilio y ella se ignoran. Fernando mira a Jesús que le aterra las miradas del príncipe. Tiene miedo que todos se den cuenta de eso. La reina durante el brindis dice:
--por ese nieto varón que pronto llegará.
Fernando y Emilio sonríen con cierto disimulo porque ninguno de los dos tiene pensando ser papá. Luís se pone nervioso porque sabe que su madre espera que él sea el padre de ese nieto. Mira a Josefina que se ruboriza. Luís fuerza una sonrisa y la feita suspira enamorada. Luís tiene que hacer un esfuerzo para que no se le note que su piel vibra al mirar a Ester y a ella pesa lo mismo. Luís daría lo que fuera para que fuera Ester la mujer que tiene que embarazar. La reina María Isabel dice:
--y ahora el siguiente brindis es por la boda de mi hija Isabel con el hijo del marques Cortes.El padre del novio se levanta:
--mi hijo se disculpa por no poder asistir pero está encantado por la propuesta.
Isabel sabe que no puede desobedecer a sus padres pero lo acepta con resignación. Luego a puerta cerrada la joven trata que su padre la libre de compromiso pero el rey le dice que si bien él no estaba a tanto de los planes de su esposa y le parece precipitado considera que ha hecho una buena elección y le deja claro a su hija que:
--la palabra de una reina es una ley asi que está boda va te guste o no.
La joven desesperada trata de buscar el apoyo de sus hermanos pero Luís y Fernando la ignoran. Sólo Caetano le hacen un poco de caso:
--hermanita, tú eres mujer te debes casar con quien nuestros padres decidan.
--¡¡pero a ti nadie te obliga a nada... ni a Fernando... él ha elegido su esposa¡
--bueno pero una cosa es ser hombre y otra cosa mujer... de todas formas es que tu madre es muy dominante... Ninguno de sus hijos ha elegido a la persona con la que se ha casado y tú no vas a ser una excepción... lo siento hermanita...
Caetano acaricia a la joven fraternalmente y se va en busca de su Luzía que ya lo está esperando. El joven se le desnuda.
--¡¡Luzia, ya llegó tu macho¡
Y aunque en realidad está con él sólo porque él la compró para eso, aunque espera sacar beneficio de esa relación Luzía se muestra la más enamorada y complaciente. Sabe que con el sexo puede tener controlado a Caetano y por eso le hace sentir que es el mejor que ella disfruta mucho con él y mientras le muerde el cuello y le hace esas cosas que a él tanto le gusta Luzia piensa que gracias a su joven dueño podrá conseguir muchas cosas. Cómo mínimo espera poder enloquecer a Caetano de tal manera que éste no puede vivir sin ella y le dé su libertad. Y Caetano le da todo de él a esa apasionada esclava seguro que lo único que quiere de él es pasar el rato, que le gusta estar con él de la misma manera que a él le gusta mucho estar con ella pero que no existe ningún tipo de compromiso entre ellos.

Mientras la reina Isabel le da su regalo de bodas a Emilio y Josefina.
--pero como es la primera vez que viajan solos no me parece oportuno que vayan solos.
Y a Emilio le brillan los ojos pensando que la cosa es con Fernando y en ese momento aparece Luís.
--él irá con ustedes.
Luís fuerza una sonrisa. Se tiene que mostrar galante ante su cuñada pero en realidad no le hace nada de gracia estar con ella. Josefina lo mira ruborizada. Está segura que su guapo cuñado la quiere seducir y se estremece solo de pensarlo. Está segura que todo eso de acompañarlo en el viaje fue un truco de él.
--a mí no me parece que tenga sentido que venga él... yo creo que lo mejor es que viajáramos con Fernando.
Luís suspira fascinado pensando en Ester:
--yo podría acompañarlos igual aunque fueran con Fernando... --dice Luís que tiene que hacer un gran esfuerzo para que no se le note

Fernando entra en la recámara. Ester se está preparando para el viaje.
--¿y Jesús?
--se fue al río, no le hizo mucha gracia eso de tener que acompañarnos en la luna de miel.
--es tu esclavo y yo confío en él. Supongo que no se va a negar.
--Me tendrías que firmar este documento...
--¿qué es?
--Me cedes a Jesús.
--Ya habíamos hablado de eso...
--es que trabajando conmigo Jesús tiene más futuro que siendo tu simple dama de compañia.
--Jesús es más que eso.
--pero es que ahora eres la esposa de un príncipe. La gente se va a reir de él. Lo normal es que tu dama de compañía sea  mujer. Además no es correcto que una princesa tenga propiedades. Todo lo tiene que manejar el esposo.
--no sabía eso.
Fernando le pone muchas joyas en la cama:
--son tuyas. Es un intercambio  estas joyas por Jesús...
--No me gusta comercializar con mi amigo.
--él no se tiene porqué enterar, será un secreto entre tú y yo. Es que si no me vas a meter un lío con mi familia. Si quieres nada cambia pero es que no quiero que digan que no puedo darle esclavos a mi esposa y ella se tiene que buscar otro.
--bueno también le podría dar la libertad a Jesús.
Eso no estaba en los planes de Fernando:
--¡¡no eso no¡
--¿porqué?
Fernando trata de disimular su interés:
--bueno es que Jesús es un buen trabajador y lo quiero entre mis esclavos, podrá vivir cerca nuestro si es lo que quieres.
--¿y eso no puede hacerlo como un hombre libre?
--claro que no porque nosotros nunca le dimos la libertad a un esclavo..Ester eres mi esposa, me tienes que obedecer. Ahora eres princesa y debes seguir nuestras normas.
--bueno está bien.
Y Fernando sonríe mostrándole el pergamino:
--¿vas a firmar?
--si luego.
Fernando está muy ansioso. Desea estar con Jesús pero desea hacerlo cuando ya sea su esclavo para que éste no se pueda negar.
--¿y porqué no ahora?
--porque no... dejame tranquila o no firmo nada..
--está bien pero por favor, si yo te digo algo me tienes que obedecer o me harás quedar en ridículo.
Fernando se va y Ester ya se está arrepintiendo de haberse casado con él:
--tal vez Jesús tenía razón, tal vez él si sabía que nos iba a dar problemas.pero es mi esposo y es un príncipe... no puede hacer nada.
Y resignada Ester firma el documento en el que cede la propiedad de Jesús a Fernando.

Sin imaginar que Jesús ya es suyo, Fernando va al río. Se esconde tras los matorrales y por primera vez lo ve completamente desnudo. Le gusta mucho lo que ve. 
--¡¡va a ser mío... va a ser mío o pagará con su vida¡
Y Fernando mira cada milímetro de ese cuerpo que tanto le ha hecho suspirar en las ultimas semanas...


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