En el castillo de un pequeño reino que se ha hecho más grande con la unión en matrimonio de el rey de un reino, Fernando XV, y la reina del reino vecino, María Isabel, ambos viudos y con dos hijos varones cada uno. De este nuevo matrimonio ha nacido la princesa Isabel que en la actualidad tiene dos años. Aprovechando el rey que la reina está con su hija, baja a la cocina. Ordena a todos los empleados que se vayan menos a una.
--¡¡tú, te quedas¡
La cocinera lo mira a asustada. La hija de esta de cinco años se agarra a la falda de su madre con miedo.
--no me haga daño¡¡yo necesito el empleo¡¡
El hombre mira con deseo a la mujer:
--pues es muy fácil... tú haces lo que yo quiera y tú conservas tu empleo, sólo tienes que calentar mi cama siempre que yo quiera.
La pequeña niña, Juliana, no entiende bien lo que quiere el hombre pero lo ve como el mismo demonio.
--por favor... yo soy una mujer decente... mi esposo...
el rey no la deja continuar:
--tu esposo es un vulgar cochero que sabe que tiene que servir a su rey así que a él no le va a importar--dice el rey abrazando a la cocinera y estrechándola contra su pecho-- vamos a divertirnos.
La mujer ve cerca un cuchillo y amenaza al rey:
--¡¡no me va a tocar, nunca me va a tocar¡¡
El rey sonrie:
--eso es lo que te crees tú.
El rey agarra a la pequeña que rompe a llorar.
--mamá... mamá.
El rey llama a sus guardias:
--¡¡llevense a ese niña y encerradla¡¡
Madre e hija lloran con angustia.
--¡¡devuélveme a mi hija¡¡
La cocinera cae en el piso de rodillas:
--usted no puede hacerme eso.
Al rey le gusta abusar de su poder:
--claro que sí. Ustedes no son nadie, aquí se hace lo que yo mando. Si tú no te portas bien conmigo no volverás a ver a tu hija .Me la llevaré al castillo de la reina para que aprenda lo que es el trabajo.
De rodillas la cocinera pide piedad para su hija:
--se lo ruego, haga lo que quiera conmigo pero deje a mi hija en paz.
El rey la mira con cara de degenerado:
--tú sabes lo que yo quiero.
--¡¡no le haga daño a mi hija¡
--anda, esperame en los aposentos, yo me aseguraré que tu esposo este lejos.
Llorosa la mujer le dice:
--pero me tiene que jurar que no le hará nada a mi hija.
--¡¡yo no tengo que jurarte nada¡¡¡ tu hija seguirá a tu lado mientras tú seas complaciente conmigo¡
La mujer acepta su suerte resignada. El rey la devora con los ojos:
--Jacintita -dice con ironía-- no pongas esa cara..Acostarse con un rey es un lujo que muy pocas se pueden dar, deberías sentirte orgulloso.
Jacinta llora. El rey goza porque el fin podrá tener a ese chica que tanto le gusta.
La cocinera lo mira a asustada. La hija de esta de cinco años se agarra a la falda de su madre con miedo.
--no me haga daño¡¡yo necesito el empleo¡¡
El hombre mira con deseo a la mujer:
--pues es muy fácil... tú haces lo que yo quiera y tú conservas tu empleo, sólo tienes que calentar mi cama siempre que yo quiera.
La pequeña niña, Juliana, no entiende bien lo que quiere el hombre pero lo ve como el mismo demonio.
--por favor... yo soy una mujer decente... mi esposo...
el rey no la deja continuar:
--tu esposo es un vulgar cochero que sabe que tiene que servir a su rey así que a él no le va a importar--dice el rey abrazando a la cocinera y estrechándola contra su pecho-- vamos a divertirnos.
La mujer ve cerca un cuchillo y amenaza al rey:
--¡¡no me va a tocar, nunca me va a tocar¡¡
El rey sonrie:
--eso es lo que te crees tú.
El rey agarra a la pequeña que rompe a llorar.
--mamá... mamá.
El rey llama a sus guardias:
--¡¡llevense a ese niña y encerradla¡¡
Madre e hija lloran con angustia.
--¡¡devuélveme a mi hija¡¡
La cocinera cae en el piso de rodillas:
--usted no puede hacerme eso.
Al rey le gusta abusar de su poder:
--claro que sí. Ustedes no son nadie, aquí se hace lo que yo mando. Si tú no te portas bien conmigo no volverás a ver a tu hija .Me la llevaré al castillo de la reina para que aprenda lo que es el trabajo.
De rodillas la cocinera pide piedad para su hija:
--se lo ruego, haga lo que quiera conmigo pero deje a mi hija en paz.
El rey la mira con cara de degenerado:
--tú sabes lo que yo quiero.
--¡¡no le haga daño a mi hija¡
--anda, esperame en los aposentos, yo me aseguraré que tu esposo este lejos.
Llorosa la mujer le dice:
--pero me tiene que jurar que no le hará nada a mi hija.
--¡¡yo no tengo que jurarte nada¡¡¡ tu hija seguirá a tu lado mientras tú seas complaciente conmigo¡
La mujer acepta su suerte resignada. El rey la devora con los ojos:
--Jacintita -dice con ironía-- no pongas esa cara..Acostarse con un rey es un lujo que muy pocas se pueden dar, deberías sentirte orgulloso.
Jacinta llora. El rey goza porque el fin podrá tener a ese chica que tanto le gusta.
En los pasillos del Castillo, Un chico joven muy afeminado se acerca a una mujer negra.
--Nana.
La mujer lo interrumpe:
--niño Emilio, no me llame así que luego su madre se enoja conmigo.
Emilio trata a la mujer con cariño:
--tú has sido una madre para mí. Me has dado el cariño que mi madre me negó.. Ella se avergüenza de como soy. No me quiere cerca. Sólo tú me has querido.
--mi niño, yo sólo soy una esclava. No me puedes querer como a una madre..No se puede.
--pero les molesto a todos. Si mamá me sacó del Castillo de nuestro reino y me trajo acá no fue por tenerme cerca sino para poder esconderme dónde nadie me vea.
--pero usted es feliz así ¿no?
Emilio sonríe enamorado:
--mucho. Estos dos años aquí han sido los más felices de mi vida.
--ay niño, te estás ilusionando demasiado.
Emilio se avergüenza:
--nana, no inventes. Yo estoy feliz porque tú estás conmigo.
--A mí no me puedes mentir. Si alguien se entera... si él se entera... te va a ir muy mal. Es algo horrible...
--¿tú crees que soy horrible? --dice triste.
La nana lo acaricia con cariño:
--no es eso. Es que lo que no se puede no se puede y una unión entre dos príncipes ¡no¡¡ ¡tú sabes que no puede ser¡¡ ¡¡Él no podrá demorar mucho su casamiento y tú tampoco mi niño... es vuestro destino¡¡
--¡¡yo no quiero casarme¡
--esa no es tu decisión... si se enteran de tus sentimientos... o te casan o te llevaran bien lejos de aquí.
--¡¡no... yo no me voy de aquí¡¡
--bueno niño... cuidado con lo que haces. Yo tengo que seguir con mis quehaceres.
la negra se da la vuelta y Emilio se acerca a un cuarto. Va a abrir la puerta. La nana se le acerca y lo regaña:
--¡¡niño¡¡ ¡¡no puedes entrar así sin llamar¡¡
--¿porqué? somos hermanos..
--El príncipe Fernando se está bañando.
--bueno... no importa.
Y a pesar que la negra trata de impedirlo, Emilio entra. La negra se queda muy angustiada:
--esto no va a acabar bien. una desgracia acabará pasando.
Emilio se acerca sigilosamente. La puerta que separa la recámara de la habitación en la que el principe se baña está abierta. Emilio camina poco a poco excitado. Toda la ropa del príncipe está en el piso. Emilio abraza la interior excitado.
--te quiero... te quiero.
Emilio se asoma un poco por la puerta. El principe, un guapisimo de dieciocho años, está de espaldas pero le excita mucho pensar que está desnudo. Lo devora con los ojos:
--ojalá pudiera verlo desnudo... Fernando... ¡¡si supieras lo mucho que me gustas desde la primera vez que te vi¡¡
Fernando se levanta de repente. Está de espaldas aunque cubierto de espuma. Emilio nunca se había excitado tanto. Fernando oye ruido.
--¿hay alguien ahi?
Emilio se asusta. Fernando sale totalmente desnudo. Ve que alguien sale de su cuarto a prisa y que su ropa ha sido movida. Sonrie picaro:
--nunca cambiarás.
Emilio corre a encerrarse a su recamara. Está asustado pero excitado.
--¡¡por poco... por poco lo veo¡¡
Aunque la espuma le ha impedido disfrutar al cien del cuerpo de su guapo hermanastro a Emilio le ha bastado eso para estar muy cachondo y se hace tocamientos pensando en él. Aunque se siente culpable de lo que le hace sentir su hermanastro no lo puede evitar.
--Nana.
La mujer lo interrumpe:
--niño Emilio, no me llame así que luego su madre se enoja conmigo.
Emilio trata a la mujer con cariño:
--tú has sido una madre para mí. Me has dado el cariño que mi madre me negó.. Ella se avergüenza de como soy. No me quiere cerca. Sólo tú me has querido.
--mi niño, yo sólo soy una esclava. No me puedes querer como a una madre..No se puede.
--pero les molesto a todos. Si mamá me sacó del Castillo de nuestro reino y me trajo acá no fue por tenerme cerca sino para poder esconderme dónde nadie me vea.
--pero usted es feliz así ¿no?
Emilio sonríe enamorado:
--mucho. Estos dos años aquí han sido los más felices de mi vida.
--ay niño, te estás ilusionando demasiado.
Emilio se avergüenza:
--nana, no inventes. Yo estoy feliz porque tú estás conmigo.
--A mí no me puedes mentir. Si alguien se entera... si él se entera... te va a ir muy mal. Es algo horrible...
--¿tú crees que soy horrible? --dice triste.
La nana lo acaricia con cariño:
--no es eso. Es que lo que no se puede no se puede y una unión entre dos príncipes ¡no¡¡ ¡tú sabes que no puede ser¡¡ ¡¡Él no podrá demorar mucho su casamiento y tú tampoco mi niño... es vuestro destino¡¡
--¡¡yo no quiero casarme¡
--esa no es tu decisión... si se enteran de tus sentimientos... o te casan o te llevaran bien lejos de aquí.
--¡¡no... yo no me voy de aquí¡¡
--bueno niño... cuidado con lo que haces. Yo tengo que seguir con mis quehaceres.
la negra se da la vuelta y Emilio se acerca a un cuarto. Va a abrir la puerta. La nana se le acerca y lo regaña:
--¡¡niño¡¡ ¡¡no puedes entrar así sin llamar¡¡
--¿porqué? somos hermanos..
--El príncipe Fernando se está bañando.
--bueno... no importa.
Y a pesar que la negra trata de impedirlo, Emilio entra. La negra se queda muy angustiada:
--esto no va a acabar bien. una desgracia acabará pasando.
Emilio se acerca sigilosamente. La puerta que separa la recámara de la habitación en la que el principe se baña está abierta. Emilio camina poco a poco excitado. Toda la ropa del príncipe está en el piso. Emilio abraza la interior excitado.
--te quiero... te quiero.
Emilio se asoma un poco por la puerta. El principe, un guapisimo de dieciocho años, está de espaldas pero le excita mucho pensar que está desnudo. Lo devora con los ojos:
--ojalá pudiera verlo desnudo... Fernando... ¡¡si supieras lo mucho que me gustas desde la primera vez que te vi¡¡
Fernando se levanta de repente. Está de espaldas aunque cubierto de espuma. Emilio nunca se había excitado tanto. Fernando oye ruido.
--¿hay alguien ahi?
Emilio se asusta. Fernando sale totalmente desnudo. Ve que alguien sale de su cuarto a prisa y que su ropa ha sido movida. Sonrie picaro:
--nunca cambiarás.
Emilio corre a encerrarse a su recamara. Está asustado pero excitado.
--¡¡por poco... por poco lo veo¡¡
Aunque la espuma le ha impedido disfrutar al cien del cuerpo de su guapo hermanastro a Emilio le ha bastado eso para estar muy cachondo y se hace tocamientos pensando en él. Aunque se siente culpable de lo que le hace sentir su hermanastro no lo puede evitar.
*principe Fernando
Por su lado el rey tiene delante de él a Jacinta.
--¡desnudate¡
Ella llora:
--por favor, que sea rápido.
--¡¡será como yo diga¡¡
Fernando traga saliva. Disfruta mucho viendo desnuda a Jacinta y haciéndola suya. Ella llora. Mientras la pequeña Juliana está encerrada en un calabozo asustada, con frio. LLora amargamente. Jacinta, después de haber sido del rey, Jacinta se siente sucia. Se viste en silencio:
--ahora espero que me devuelva a mi hija.
--no sé... no has cumplido con tu parte del plan.
Jacinta ataca al rey:
--¡¡he sido suya¡
El rey la tumba de un bofetón:
--¡¡pero no has gozado¡¡
Jacinta abrazada a los pies del rey suplicándole que le devuelva a su hija.
--para que veas que tengo buena voluntad te encerraré con ella... luego espero que aprendas a disfrutar conmigo ¡¡quiero oirte gritar como una fulana¡¡¡ ¡hasta que esto no pase pues tu esposo creerá que estás de viaje¡¡
Jacinta es llevada al mismo calabozo en dónde está su hija. Madre e hija se abrazan. La niña llorando pregunta por su padre. La mujer trata de hacerse la fuerte pero sabe que está en manos del rey y eso la tiene hundida. Sabe que no tiene forma de oponerse a los deseos del rey. Aunque trata de mostrarse fuerte por su hija llora por dentro.
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