Esto no es una telenovela de verdad. Los actores mencionados no participan de esta historia imaginaria. Sólo la inspiran. Dedicado con cariño y admiración a esos guapísimos actores que me hacen feliz. Que me hacen disfrutar con su talento y su cuerpazo. Escrita en 2006. Dedicada especialmente a Fábio y Sérgio. Fue esta foto de ellos dos juntos la que la inspiró
martes, 28 de julio de 2020
Capítulo 15
Las intensas miradas de Fernando ponen nervioso a Jesús. Es un esclavo muy guapo que causa las delicias de Fernando. Sus viejas ropas dejan ver un buen fornido pecho. Jesús ha mirado al entrar a Fernando, se ha fijado que es muy guapo y le ha gustado pero sabe que el príncipe no debe notar sus preferencias. Se pone muy nervioso ante las miradas intensas del príncipe que lo calientan. Además a los dos guapos les pone nerviosos las esclavas que miran a Jesús contentas. A Fernando le molesta que ese esclavo que tanto le ha gustado sea objeto de deseo de sus esclavas:
--¡¡que hacen aquí¡?? ¡¡fuera¡¡
La más descarada dice:
--¿seguro que no necesita nada?
Muy enfadado de como ésta mira a Jesús dice:
--¡¡vete con las otras o te mando azotar¡
Todas desaparecen pero ésta, muy muy interesada en Jesús, se quedan viéndolo tras la puerta. Jesús se pone nervioso. Es algo normal en él que las esclavas lo acosen. Por la mirada del guapo esclavo es que Fernando se da cuenta que aún no están solos. Se gira y mira a esa esclava con una fuerza que a ella le da miedo y finalmente se va. Luego los dos guapos, el uno blanco y el otro negro, el príncipe y el esclavo, solos frente a frente. Fernando lo come con los ojos:
--nunca vi un esclavo tan guapo --va diciendo para sí-- tengo que comprarlo y acostarme con él.
Las miradas de Fernando ponen nervioso a Jesús:
--No puede ser que sienta lo mismo que yo--piensa Jesús nervioso.
Aunque le excita la manera en la que lo mira Fernando, Jesús sabe que si ofende en algo al príncipe y alguien se entera de sus gustos lo colgarían y más por atreverse a fijarse en el principe. Jesús se mantiene distante lo que excita aún más al príncipe. Fernando pone su mano sobre los hombros de Jesús que se estremece pero tiene que hacer un gran esfuerzo por mostrarse de hielo. Fernando no se da cuenta que el esclavo lo está correspondiendo y le da rabia que no se sienta atraído por él:
--peor para ti --piensa-- será más amargo cuando te obligue a estar conmigo.
Jesús está muy nervioso:
--espero que no se quiera aprovechar de la situación y me pueda ir pronto... no sé si me podría controlar estando cerca de alguien tan guapo y me mira así... y yo hace tanto que no me divierto... pero con un príncipe no... ¡¡no puedo poner mi vida en riesgo por un rato de placer¡ --dice para sí.
--¡Mirame a los ojos... me gusta que me miren cuando hablo...¡ --ordena el príncipe.
Aunque Jesús quería agachar la mirada para que el príncipe no leyera sus pensamientos sabe que no lo puede desobedecer. Lo mira. Fernando lo penetra con la mirada, lo hace temblar por dentro pero Jesús se mantiene firme. Está demasiado acostumbrado a fingir como siente. Fernando seduce con la mirada a Jesús, él no tiene miedo de ser descarado ante el esclavo. Sabe que la palabra del esclavo no vale nada y que sería su muerte si cuenta lo que está pasando pero el príncipe quedaría a salvo a no ser que hubiera algún testigo. Fernando no se da cuenta que Emilio, escondido desde las escaleras, está siendo objetivo del coqueto descarado del príncipe al esclavo. El hermanastro del príncipe está consumido por los celos.
--así que Jesus... ¿y que te pasa...?
--Se nos quebró una rueda... Necesitamos ayuda. Mi señora está en el carruaje.
--sí, has venido al lugar adecuado. Ya ahora ordeno a mis esclavos que lo reparen.
--No se moleste... si usted me da a mis las herramientas lo arreglo yo mismo.
Aunque Jesús se muestra serio, Fernando sonríe:
--claro que no, tú aquí eres mi invitado ¿quieres tomar algo?
Jesús vuelve a agachar la cabeza:
--yo sólo soy un esclavo. No debería tratarme con tanta confianza.
--es que yo soy así.
Fernando lo devora con los ojos:
--¿y no te gustaría vivir conmigo? Yo le podría ofrecer mucho dinero a tu señora por ti. Te lo pasarías mejor si yo fuera tu dueño.
Jesús piensa:
--no quiere un esclavo..Lo que quiere es alguien con quien tener sexo siempre.
Y eso es toda una tentación que le cuesta rechazar.
--Te meterías en un lío. Cuando se cansara de ti, te vendería o te mataría --va diciendo Jesús para sí.
--no, señor.
A Fernando le molesta mucho:
--pues tú te lo pierdes.
Jesus no quiere trabajar con alguien tan guapo... le da miedo...
--además se me podía notar que me gusta y me cortarían la cabeza.--piensa.
--y dime una cosa... ¿tu dueña es soltera?
A Jesús esa pregunta le toma muy de sorpresa, no entiende a que viene. A Emilio, que lo ha escuchado todo a escondidas, le pasa lo mismo.
--viuda.
Fernando pone mala cara.
--¿es mayor?
--más o menos de su edad..Tal vez un par de años mayor.. Se casó muy joven...
Emilio celoso, baja las escaleras.
--¿¿¡que hacen hablando aquí? Fernando, no puedes hablar con este esclavo --con desprecio como si fuera un animal de carga-- en la sala como si fuera un invitado... de paso ¿porqué no metes aquí a los caballos?
Fernando sonríe, le hace gracia los celos de Emilio. Jesús se pone nervioso. Se da cuenta que Emilio lo mira como si fuera su rival y le da miedo meterse en líos.
--yo mejor me voy.
--buena idea.--Fernando.
Fernando pasa su brazo por los hombros a Jesus.
--ven, vamos a la cocina... cuentame la historia de tu ama.
Jesús está muy nervioso. Cada vez le cuesta más controlar la excitación.
--hablame de tu ama.
--Ester y yo hemos estado siempre juntos. Mi madre era su esclava personal desde niña y cuando nací yo ella era una niña y jugaba conmigo. Siempre hemos estado juntos... no me imagino en otro lado..
--¿y no tiene pretendientes?
--Es una baronesa, fue criada para ser princesa pero rechazó al pretendiente de su padre. Se casó con un soldado. Al morir éste se le cerraron las puertas, ya no es un buen partido para nadie. Leva muchos años sola.
--seguro que está deseando volver a casarse.
A Fernando se le ha ocurrido algo, Jesús no sabe que pretende ese príncipe y le asusta.
--sin amor nunca se volvería a casar.
--¿ni para cumplir el sueño de sus padres de ser princesa y no estar sola?
Jesús está seguro que esta sonrisa de Fernando se debe a algo que a él no le va a gustar.
Caetano trata de defender su punto de vista con su padre. La esclava está envuelta en la sábana y nerviosa.
--yo le prometí que se iba a quedar conmigo siempre.
--¿cómo prometes eso?
Caetano con orgullo:
--he sido el primero.
--¡¡la voy a vender¡¡
--¡¡no papá ¡¡no puedes hacerme esto¡ ¡¡yo quiero estar con una esclava que aprenda en mis brazos, que sólo yo la toque¡¡deja que me divierta un poco más antes de venderla¡
--¡no te debes encariñar con las esclavas¡
--¡no lo digo por cariño¡¡ es que todas las esclavas con las que estuve antes sabían más que yo y ésta sólo sabría lo que yo le enseñe¡¡
--ya te compro otra. Debes acostumbrarte que siempre que quieras puedes ir a la cabaña a buscar la esclava que te guste. Ninguna puede oponerse y si no te gusta ninguna vamos juntos a comprar las que quieras.
Caetano pone cara de pervertido:
--¿me comprarás una virgen?
--aun eres muy niño para eso.
--¡¡soy un hombre... tengo 24 años¡¡
--hasta que no te cases no, deja que yo te las prepare. Te juro que cuando seas un hombre de verdad podrás comprar todas las esclavas virgenes que quieras.
--¡¡ya soy un hombre papá¡¡ ¡¡yo quiero ser el primero siempre¡¡
--¿no ves que siendo soltero alguna esclava quería aprovecharse de ti?
--¿¿crees que soy tan tonto? ¡¿¿crees que podría enamorarme de una esclava o algo así? ¡¡Las esclavas son solo para divertirse¡
--que bueno que lo veas así y por lo mismo te debe dar igual una que otra.
El rey ya saliendo con la esclava. Caetano, envuelto en la sábana, detrás de su padre.
--¡¡deja que la lleve a otro lugar...¡
La reina se mete:
--¡¡no que seguro que la va llevar a casa del malagradecido de Fausto¡
--¡no me hagas esto papá¡
--es sólo una esclava... ¡¡que te importa lo que haga con ella?¡ --la reina.
Fernando mira a su hijo:
--ve ahora a la cabaña... desahógate con las que quieras y ya olvida a ésta...
Caetano está muy furioso con su padre pero lo obedece. De muy malas maneras exige a cinco esclavas que vaya con él. Ellas saben que les irá muy mal si no obedecen. Una de ellas, la que más le gustó Jesús, es la que está más triste y Caetano la obliga a ella primero que se entrega con lágrimas. El guapo chico está rabioso y descarga su ira en esas asustadas esclavas. Las golpea y las penetra salvajemente por delante y por detrás.
Mientras en casa de Gabriel, Juliana sigue con su plan. Él está muy distraido y ella le trae una infusión que como si fuera accidental le tira encima. Gabriel grita porque le quema
--¡¡ha que pena con usted¡
La infusión ha caído en todo el centro de él... Juliana se agacha y le limpia. Gabriel se estremece, se excita al tener a su joven sirvienta en esa situación.
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